¡NUEVO! Escucha este artículo mientras entrenas 💪 Puedes minimizar la pestaña o cambiar de ventana mientras escuchas

El músculo ha pasado a ser un indicador de salud altamente relevante, no solo por las implicaciones fisiológicas de este, también por sus beneficios asociados a nivel estético, sobre la autonomía, la autosuficiencia, la capacidad cognitiva, la reducción de dolor articular y de espalda baja; y la implicación de todas estas en el autoestima. El músculo es más que solo funcionar bien, es verse y sentirse bien. Debemos admitir que esto suena demasiado bueno, el músculo es todo poderoso, ¿cierto?, ¡CIERTO! pero también el músculo tiene secretos ocultos. 


Para aportar un poco de contexto, el músculo es más que solo tejido capaz de contraerse, son múltiples tipos de tejidos orquestando la capacidad de generar y transmitir fuerza. Tejido óseo, tejido conectivo (tendones, fascia muscular, perimisio, endomisio), tejido adiposo intra e intermuscular (que puede ser benéfico si es consecuencia de adaptaciones al entrenamiento o no asociado al ejercicio si es consecuencia de infiltrado graso acompañado de un proceso inflamatorio y reducción funcional), y otra gran diversidad de químicos que se producen, almacenan y eliminan del músculo constantemente. Si has prestado atención hasta aquí te darás cuenta por donde fluye esta entrada de blog, ¡tienes razón!, es por el tejido adiposo no asociado al entrenamiento. 


Es importante hacer algo de hincapié en este sentido, en los deportistas de resistencia aeróbica se ha descrito como mecanismo de adaptación la acumulación de triglicéridos intramusculares (TGI) para cumplir la función de almacenar grandes cantidades de energía con el fin de aportar sustrato energético durante el ejercicio aeróbico de forma eficiente, reduciendo el tiempo en que los ácidos grasos llegan a la mitocondria para participar en la producción de energía, vaya capacidad del organismo de adaptarse a las demandas, ¿cierto?. En cambio, la infiltración de tejido adiposo intramuscular no asociado al ejercicio es el simple almacenamiento de ácidos grasos ectópicos (vaya, una forma de decir, "no perteneces aquí") en el tejido muscular, estos se relacionan a una disminución en la capacidad muscular para ejercer fuerza, mantener procesos metabólicos y, en general, función muscular. A la acumulación de tejido adiposo en el músculo se le conoce como mioesteatosis o esteatosis muscular. 


Con esto en contexto, un estudio reciente evaluó la calidad muscular y su impacto en la fuerza muscular y rendimiento físico en 1440 adultos mayores con y sin diabetes. ¿Cómo hicieron esto? Con tomografía computada, pruebas de fuerza y de rendimiento físico. 


¿Qué midieron?


1) Infiltrado graso: Para determinar el grado de mioesteatosis utilizaron un corte de las imágenes de tomografía computada (TC) a nivel del muslo. Se basaron en las unidades Hounsfield, que miden la densidad de los tejidos, para clasificar al tejido muscular normal, con infiltración de tejido adiposo y tejido adiposo intra e inter muscular. La clasificación se estableció de la siguiente manera:

  • Tejido muscular total: Total Muscle Área (TMA)
  • Tejido muscular normal: Normal Attenuation Muscle Area (NAMA).
    Tejido muscular con infiltración grasa significativa: Low Attenuation Muscle Area (LAMA)
  • Grasa intra e inter muscular: Intra-Inter Muscular Adipose Tissue (IMAT).
Figura 1. Área Muscular Total


Figura 2.Tejido muscular con infiltración grasa significativa.


Figura 3. Grasa intra e inter muscular.


Es importante remarcar que estos valores no son suficientes para asociarlos con los resultados porque son valores absolutos, es decir, no consideran la relación que tienen con la cantidad de masa muscular total y la cantidad de grasa. Vamos por pasos, imagina a 2 personas, con 45 kg de músculo y 35 kg de músculo, estos son valores que no aportan contexto, ¿qué pasa si la persona con 45 kg mide 1,6 metros y la de 35 kg mide 1,7 metros?, estás en lo correcto, quiere decir que al considerar la talla puedes imaginarte a alguien pequeño pero con gran cantidad de masa muscular y a otro sujeto de estatura promedio con menor masa muscular, ¿cierto?. Bueno, eso mismo está pasando aquí, es importante contextualizar la situación, para ello, los investigadores sacaron el índice de masa muscular normal (índice NAMA) y de masa muscular poco funcional (índice LAMA), esto lo consiguieron con las siguientes ecuaciones:


  • Índice NAMA = (NAMA/TMA+IMAT) x 100. Representa la proporción de músculo de alta calidad dentro del compartimento músculo-grasa.
  • Índice LAMA = (LAMA/TMA+IMAT) x 100. Representa la proporción de músculo infiltrado por grasa en el mismo compartimento.


Recuerda, los índices NAMA y LAMA son importantes porque el objetivo no solo es conocer cuánto músculo normal o cuánta grasa hay dentro del músculo, es conocer qué fracción del compartimento muscular total está compuesto por músculo normal o por tejido muscular infiltrado.


2) Fuerza muscular: Con la fuerza de prensión de mano (HGS, por sus siglas en inglés), utilizando como punto de corte para definir poca fuerza muscular un resultado <28 kg para hombres y <18 kg para mujeres.


3) Cantidad de músculo apendicular (ASM, por sus siglas en inglés) y el índice de masa músculo-esquelética (SMI, por sus siglas en inglés), este último se calcula dividiendo la masa muscular apendicular sobre la altura. Para definir poca masa muscular los cortes fueron: <7.0 kg/m2 para hombres y <5.4 kg/m2 para mujeres. 


4) Rendimiento físico: Con pruebas como:

  • Sit To Stand Test: Definido como la cantidad de veces que se puede levantar y sentar de una silla en 30 segundos, 14 y 12 veces se consideran pocas para hombres y mujeres respectivamente. 
  • 2 Minutes Walk Test: Definido como la cantidad de pasos realizados en 2 minutos. Menos de 65 pasos se consideran pocos para hombres y mujeres. 
  • Velocidad de la marcha: Definido como la velocidad en la que se recorren 4 metros de distancia, el punto de corte es 1 m/s para hombres y mujeres. ​


Los resultados fueron simplemente aplastantes, reveladores y con capacidad de hacernos reflexionar. Los sujetos que tenían un índice de NAMA sustancialmente mejor presentaron mayor fuerza de prensión de agarre, velocidad de marcha, máxima velocidad de marcha y mejor rendimiento en las pruebas de sentarse y levantarse; y caminata de 2 minutos.


Por el contrario, un mayor índice LAMA —es decir, una mayor proporción de músculo infiltrado por grasa— se asoció con menor fuerza de prensión, velocidades más lentas tanto en marcha habitual como máxima, y peor desempeño en las pruebas de funcionalidad física como el sit-to-stand test y la caminata de 2 minutos.

Tabla 1. Nota: Coeficientes β (Beta), error estándar (SE) y valor de p de modelos de regresión lineal multivariada que evalúan la asociación entre el índice NAMA (músculo de alta calidad) e índice LAMA (músculo infiltrado con grasa) con variables de fuerza y rendimiento físico. Todos los modelos fueron ajustados por edad, sexo, masa muscular apendicular, ejercicio, consumo de alcohol, tabaquismo, enfermedad cardiovascular, uso de antihipertensivos, hipolipemiantes y nivel educativo. NAMA y LAMA fueron transformados logarítmicamente para el análisis.

En la tabla 1 están los resultados de regresiones lineales multivariadas que evalúan la relación entre dos indicadores de calidad muscular (NAMA y LAMA) con 5 resultados funcionales: Fuerza de prensión, velocidad de marcha, velocidad máxima de marcha, prueba de sentarse-pararse en 30 segundos y caminata de 2 minutos.


La tabla 1, en el lenguaje más simple posible con relación al índice NAMA, nos dice lo siguiente: Una cantidad sustancialmente mayor de calidad muscular se asocia con hasta 5.7 kg más de fuerza de prensión de agarre, 0.25 m/s más en velocidad de la marcha, 0.35 m/s más de máxima velocidad de la marcha, 7.9 repeticiones más en la prueba de sentarse y pararse en 30 segundos y 71 pasos más en la caminata de 2 minutos. 


En cambio, con relación al índice LAMA, nos dice lo siguiente: más músculo infiltrado con grasa se asocia con hasta 1.6 kg menos de fuerza de prensión de agarre, 0.065 m/s más lento en velocidad de la marcha, 0.087 m/s más lento de máxima velocidad de la marcha, 2 repeticiones menos en la prueba de sentarse y pararse en 30 segundos y 17 pasos menos en la caminata de 2 minutos. 


Entonces, en adultos mayores, una mejora del 10% en la calidad muscular puede marcar la diferencia entre moverse con libertad o con dificultad. No se trata de más músculo, se trata de un músculo más capaz.


Dig Deeper:

  • Kim, J. A., Shin, C., Jung, I., Park, S. Y., Lee, D. Y., Yu, J. H., ... & Seo, J. A. (2025). Impact of Muscle Quality on Muscle Strength and Physical Performance Beyond Muscle Mass or Diabetes Status. Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle, 16(2), e13760.
  • Horowitz, J. F., & Goodpaster, B. H. (2025). Mechanistic Insights Into the Exercise-Induced Changes in Muscle Lipids and Insulin Sensitivity—Expanding on the “Athlete’s Paradox”: Revisiting a 2011 Diabetes Classic by Amati et al. Diabetes, 74(2), 134-137.



Dr. Juan Manuel Jerezano Mora

    Medicina de la Actividad Física y Deporte
    CNC | CPT - NASM
    Fundador de MuscleMind Academy e Hipertro.Fit